La cueva de las manos está ubicada en el cañadón del río Pinturas en la provincia de Santa Cruz en Argentina y desde 1999 UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad. Es una colección fascinante de arte rupestre de las más antiguas culturas de los grupos humanos de América del Sur y civilizaciones ya desaparecidas. Las pinturas se realizaban con pigmentos minerales que obtenían raspando las rocas que molan con herramientas de piedra, usaban diferentes tonalidades como el ocre-amarillo, verde, distintos tonos de rojo y negro. Para pintar usaban fibras vegetales y pelos de guanaco a modo de pinceles y los dedos.  Para las manos, usaban su boca y un corto tubito donde soplaban pintura sobre su mano apoyada en la pared rocosa y así lograban el negativo de la misma. La antigüedad de las pictografías se estiman de entre 9500 y 1300 años y en su realización participaron desde los primeros pobladores de la Patagonia luego de la última gran glaciación hasta los grupos anteriores a los Tehuelche históricos. Todos ellos cazadores y recolectores.